Daddy

Título: Daddy
Advertencias: Fiction MA
PairingSterek



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Había tenido que hacer horas extras en el trabajo, con el consiguiente mal humor que le provocó aquello. Llevaba contando las horas desde que recibió el mensaje de su bebé por whatsapp que hizo que las ganas de llegar a casa se le hicieran eternas. Mientras pasaba los últimos balances y cerraba las cuentas, algo que tenía que presentarles a los inversores, se dejó llevar por la tentación y sacó el móvil para ver una vez más la foto de Stiles.

 Mientras pasaba los últimos balances y cerraba las cuentas, algo que tenía que presentarles a los inversores, se dejó llevar por la tentación y sacó el móvil para ver una vez más la foto de Stiles        

Derek amaba todos y cada uno de los lunares del cuerpo de su bebé, pero había uno... Joder había uno que le tenía loco, y era el que había justo al lado de su estrecha entrada. A pesar de que llevaban tiempo practicando sexo con asiduidad, a Derek le encantaba que su bebé estuviera siempre tan apretado.
Y le encantaba ese puto lunar.

Stiles lo sabía, por lo que había decidido que mientras esperaba aburrido a su papi, iba a jugar un rato. Y había decidido hacerlo con el juguetito más grande que le había regalado Derek. Y el lunar en primer plano, deseando ser devorado.
Sonó el teléfono de su despacho, sobresaltándolo y bloqueando el móvil rápidamente, como si el interlocutor al otro lado viera a lo que se dedicaba. Intentó que el teléfono lo distrajera de la palpitante erección que llevaba encerrada en sus pantalones desde que recibió la foto y continuó con su trabajo.

***

Salió de trabajar casi corriendo, ya que su bebé le había mandado más fotos y mensajes comprometidos que lo estaban volviendo loco. Necesitaba un castigo ejemplar para que supiera que no debía provocar a su papi... Pero a la misma vez quería que lo siguiese haciendo. Aunque sabiendo como era su bebé, seguiría haciéndolo con tal de que lo castigase.

—¿Hola? ¡Ya he llegado!

Oyó la televisión en el cuarto de arriba, pero él quería que Stiles bajase y lo saludara cuando llegara del trabajo. Mientras dejaba las cosas en el perchero, sintió los pasos casi precipitados de Stiles corriendo para recibirlo. Cuando estuvo abajo, Derek se relamió al ver a su bebé y fue junto a él.

Stiles tenía cara de travieso porque sabía que había hecho mal al provocar así al otro, pero le encantaba que fuera duro con él. Y también cuando era dulce... Le encantaba Derek entero.

—Bienvenido a casa papi —saludó agachando la cabeza. Por toda respuesta, Derek metió la mano en el pantalón holgado del chico para comprobar que seguía llevando lo que le había puesto antes de irse.

Solía colocarle una jaula de castidad para cerciorarse que Stiles no se corriera en su ausencia, ya que más de una vez lo había pillado masturbándose. Aquella jaula hacía que su próstata estuviera más sensible, por lo que sabía el castigo perfecto.

—¿Sabes que estoy enfadado contigo, bebé? —murmuró en voz melosa—. Me has mandado una foto... con algo dentro, y sabes perfectamente que sólo yo te he de poner esas cosas, ¿lo sabes?
—Lo siento papi, pero es que te echaba de menos...
—Me da igual, pero eso merece un castigo ejemplar. Ve arriba y coge el dildo que usaste. Voy a buscar la llave a la jaula —dijo mientras el otro casi corría escaleras arriba, ansioso por ser liberado.

Derek se tomó su tiempo en subir y demás, procurando que Stiles se diera cuenta de que no iba a ser todo siempre como él quisiese. Cuando abrió la puerta del cuarto, se encontró a su bebé postrado a cuatro patas sobre la cama, con el consolador junto a él y esperando a su papi. Y el maldito lunar allí, llamándolo.
Derek se acercó fingiendo indiferencia y quedó tras Stiles, que temblaba de anticipación. Ante aquello no pudo hacer otra cosa que darle una nalgada, provocándole un grito adolorido. Le dio otra, y en esa por lo menos no gritó, lo que satisfizo a su papi. 

—Debería dejarte la jaula mientras te follo —gruñó azotándolo de nuevo—, para que sepas que me disgusta lo que haces en mi ausencia.
—Lo siento papi.
—Desvísteme, bebé.

Stiles se dio la vuelta y con una sonrisita le fue quitando la camisa con lentitud, sin dejar de mirarle a los ojos. Cuando la retiró, desabrochó sus pantalones, pero Derek, a sabiendas que el castaño querría comérsela, se los quitó él mismo.

—Vuelve a ponerte a cuatro patas —ordenó cogiendo el lubricante. Stiles hizo lo que le indicaba y Derek se untó los dedos con lubricante—. Estás tan abierto... no hace falta prepararte, casi —murmuró acariciando su entrada y metiendo dos dedos.

Viendo que podría meterle el consolador directamente, sacó los dedos y lo fue introduciendo con lentitud. Stiles emitió un gemido largo e intenso cuando sintió el consolador en él moviéndose. Derek localizó la próstata del chico, que soltó un improperio y se agarró más a la sábana.

—Has sido un bebé malo, por eso te está pasando esto, ¿lo entiendes?
—S... sí papi...

Estuvo follándolo con el dildo un buen rato en el que los gritos de súplica que emitía el castaño, que se aferraba a las sábanas con fuerza. Se lo retiró y colocó en su lugar su miembro palpitante, ensartándolo con lentitud. Stiles lloriqueó al sentir el roce caliente de la polla del moreno, que era mucho más diferente que el del plástico de antes.

—Ven aquí —gruñó cuando estuvo del todo en su interior. Lo pegó a su pecho mientras le mostraba la llave de la jaula—. ¿Quieres que la libere, bebé?
—Sí... sí papi.
—¿Has aprendido que no puedes provocar así a tu papi? —preguntó ahondando la penetración y haciéndolo jadear de placer.
—Sí, sí, por favor... papi...

Localizó el candado y giró la llave, soltando por fin el miembro del castaño que aulló de alivio. Se deleitó al verlo crecer de la excitación que llevaba sintiendo todo el tiempo, y Derek comenzó a moverse en su interior, golpeándole una y otra vez su próstata y provocándole gemidos inconexos. Comenzó a masturbar a su bebé, y Stiles finalmente se corrió con fuerza con un grito agónico, apretando la polla del moreno en su interior y haciendo que éste se corriera también sin remedio.
Se tumbaron tras el orgasmo intentando recuperar el aliento. Stiles sonrió y le dio un beso en la sien al moreno.

—Te quiero Derek. Me encanta cuando hacemos esto —dijo con una risita.

—Lo haremos más a menudo, eso seguro.

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