Whatsapp

Título: WhatsApp
Advertencias: Fiction MA
PairingSterek


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Apretó los labios fuertemente al contemplar la foto que le había mandado Derek por Whatsapp:
Apretó los labios fuertemente al contemplar la foto que le había mandado Derek por Whatsapp:        
Acompañado de un 'Deberías haberte venido, está haciendo un tiempo genial'.

Había rechazado la invitación insistente de Derek, más que nada porque no le gustaba salir con los amigos de su novio, pero no era de los que le prohibían a su novio salir de marcha. Pero sin embargo verlo allí tan natural con una de las camisetas negras (que le quedaban tan bien) que solía llevar, en seguida hizo que se arrepintiera de haberse quedado en casa, le dieron ganas de coger el primer vuelo y sacarlo a rastras para hacerle cosas que distaban de inocentes.

'Pásalo genial, y no te pongas mucho al sol que los bombones se derriten'
Se rio con su propia gracia y esbozó una sonrisa cuando Derek contestó casi al instante con un 'Entonces mantente a la sombra'.

Por su silencio al no seguir hablando por Whatsapp, se metió en twitter a ver las actualizaciones que habían hecho sus amigos, y observó divertido el tweet de Derek, con la foto de lado, haciendo que tuvieras que girar la cabeza para verlo.

'No sabes hacer una foto en condiciones, Derek? me voy a dejar el cuello mirándote'
'Pues no mires tanto, guapo, que tú mucho criticar y yo no me he metido con la cara de pardillo que sacas en la foto con tu amigo de la uni'

Se acordaba de la foto, ésa con la que Derek estuvo diez minutos sin contestar y cuando luego lo hizo, le confesó que había tenido un ataque de risa con su cara con papada.
Se acordaba de la foto, ésa con la que Derek estuvo diez minutos sin contestar y cuando luego lo hizo, le confesó que había tenido un ataque de risa con su cara con papada
'Perdona pero te llevaste un buen rato riéndote a mi costa'
'Es que esa foto es genial, Sti...'
'Vete a la mierda un rato, y disfruta, coño'
'Están en el baño, no te iba a hablar sino, no te sientas tan importante'
'Gilipollas, cuando vuelvas a Beacon Hills te quedas en casa de Scott, a mí me olvidas'
'Pues quizás lo haga, porque para que me hables mal...'
'No, si te parece, encima de que me dices empanao...'
'A ver, esa foto me dio risa... pero sin embargo ésta si que me hizo tener otras cosas...'
Capullo, mira que no se la había mandado, la habría sacado de su twitter
Capullo, mira que no se la había mandado, la habría sacado de su twitter. Pero le entraron escalofríos al pensar que la había guardado expresamente para tenerla en su móvil.

'Es verte un trozo de piel y ponerme malo, que lo sepas'
'Ah, entonces no quieres que te mande ninguna foto más salido de la ducha, no?'
'Pero si nunca me las mandas, dices que te da vergüenza'
'Pues lo iba a hacer a partir de ahora, pero ya se me han quitado las ganas, oye'
'Que chulito te pones cuando hablas por Whatsapp, a ver si tienes tantos cojones cuando nos veamos'
'Tantos o más, que lo sepas, que tú si que te pones idiota por aquí'
'Jajajajaj'

Ya no recibió más mensajes por Whatsapp. Sabía que no se había molestado (era muy intuitivo y conocía demasiado bien a Derek), y supuso que se había reencontrado con sus amigos, por lo que se tumbó en la cama dispuesto a echarse la siesta.

***

Joder Sti, lo que te has perdido... —dijo Derek al escuchar cómo descolgaba el teléfono Stiles.
—Se dice hola, ¿eh? —contestó con voz somnolienta, lo acababa de despertar.
Hola, desagradable. ¿Te he despertado?
—Sí, esperaba que me dejaras un Whatsapp, pero no pasa nada. ¿Entonces ha ido bien?
Mejor que bien, increíble, deberías haberte venido. —Stiles suspiró, le había repetido varias veces lo mismo.
—Ya sabes que no me llevo demasiado bien con tus amigos... demasiado mayores para entenderme.
Bueno, pero habrías venido conmigo.
—Ya, eso es lo único malo de todo eso —rio—. ¿Y ahora qué vais a hacer?
Pues vamos a cenar con unos amigos de Sacramento, y luego a alguna discoteca.
—Ten cuidado con lo que haces...
Vamos, como si no supieras que lo que hago es estar quieto en la barra moviendo la pierna al son de la música.
—Pues ten cuidado lo que te hacen los demás, que hay mucho desesperado suelto.
Habló el que no se dio cuenta que Theo tonteaba con él hasta que te comió la boca —comentó el moreno con irritación. Stiles frunció el ceño con media sonrisa.
—Deja de estar de morros por el tema, que sabes que estoy atontado, Derek. —Escuchó al otro gruñir al otro lado.
No me toques los cojones que podrían haberse cruzado mis queridos cables y haberla liado.
—Ya sé que te da coraje, Derek, pero ya no se puede cambiar nada. Le dije que no me gustaba y me quité de en medio.
Bueno pues a ver si tengo suerte yo de no encontrarme a ningún desesperado. Ya hablamos. —Y sin dejarle siquiera responder, colgó a Stiles.
—Pero será... —murmuró mirando al móvil, como si éste tuviera la culpa.

Dejó el móvil en la mesilla de noche y se dispuso a llamar a su mejor amigo Scott para dar una vuelta y no masticar su enfado estúpido con Derek.

***

'Buenos días, Stirecibido a las 13:49
Leyó el mensaje y dejó el móvil en el mismo lugar, no había dado señales de vida desde que discutieron, y ahora su mini mosqueo se había transformado en cabreo por la bordería con la que le había contestado.
Sin embargo, no se pudo resistir a contestarle al cuarto de hora de haberlo leído, y se maldijo a sí mismo.

'Son ya buenas tardes.'

Siguió preparándose el almuerzo, frunciéndose a sí mismo el ceño por no poder resistir los encantos de Derek, y miró de reojo el teléfono para ver el LED brillando. La cogió para leer la contestación.

'Lo que sea, que estoy en la parada de taxis del aeropuerto. Deja de ser un gilipollas integral y prepárame la comida a mí también.'

Abrió mucho los ojos dejando de cortar zanahorias para releer el mensaje. Derek no solía bromear con eso, si venía de de vuelta no lo engañaba con la hora ni nada parecido.

'Ya vienes?'
'No te he engañado con la puntualidad en casi dos años y ahora te voy a tomar el pelo, no te jode...'

Inspiró aire de repente y sonrió tontamente, secándose las manos en el paño de cocina y corriendo al piso de arriba para cambiarse y ponerse algo más decente, ya que seguía en pijama.
Tras arreglarse, siguió preparando el almuerzo con más cantidad de ingredientes, para que pudieran comer los dos. Metió la bandeja de los filetes de pollo en el horno a tiempo que escuchaba el timbre de la puerta, algo que le hizo correr hacia la entrada.
Cuando abrió la puerta no pudo evitar asomar una sonrisilla al ver por fin a Derek en su puerta. El otro parecía serio y cargaba con su maleta. Lo dejó pasar con esa sonrisa dudando en su rostro para finalmente ponerse también del mismo humor que Derek.

—Creía que venías mañana por la noche... —murmuró Stiles mirando al suelo.
—Ya, pero ayer por la noche cambié el vuelo a uno para hoy, espero que eso tampoco te moleste.
—No...
—Ah, me esperaba cualquier reacción —suspiró Derek dejando su equipaje en el salón—. ¿Qué estás cocinando?
—Filetes de pollo con menestra de verduras —dijo en voz baja sentándose en el sofá y encendiendo la televisión.
—Genial, voy al baño. —Seguía usando un tono borde que a Stiles lo enfurecía y entristecía a partes iguales. Resopló apagando la tele al darse por vencido por buscar un programa que valiera la pena.

Al cabo de cinco minutos apareció Derek en el salón y se sentó junto a él, y se puso a observar la televisión apagada.

—Derek...
—Ya sé que me vas a decir que era sólo una broma, pero me jode que sigas erre que erre fastidiando siempre con lo mismo, que me dio mucho coraje que pasara eso.
—Lo sé, y lo siento, pero creía que como estábamos de broma podía soltarlo, pero veo que es una broma de muy mal gusto, y me fastidia que en vez de darte un abrazo y estrujarte porque por fin nos hemos visto tenga que soportar tu cabreo porque soy imbécil.
—Al menos te has dado cuenta de que lo eres, siempre es dificilísimo convencerte.
—Sí, gracias por recordármelo —suspiró Stiles, levantándose para echarle un vistazo a los filetes del horno.

Lo abrió, contemplándolos un momento mientras intentaba tranquilizarse, porque la situación con Derek lo entristecía, lo había hecho enfadar y no sabía ya qué hacer, era cierto que con algunas bromas se pasaba y no hacía ninguna gracia, no sabía cuándo parar y ése era su problema.
Se puso de pie con dificultad por haber estado tanto tiempo agachado y se dio la vuelta, encontrándose con el moreno apoyado en la mesa de la cocina.

—No te he oído entrar... —comentó Stiles.
—Personalmente, te veo bastante despistado hoy.
—No estoy demasiado bien, no quiero que estés enfadado, y odio no saber cuándo parar las bromas.
—Gracias, te has dado cuenta solito. —El castaño parecía dolido—. No estoy diciendo que tengas que cambiar nada, porque me gustas tal y como eres, pero lo único que te falla es que eres un poco bocazas con las coñas, y me duele esa broma, también me enfado cuando me mencionan lo que te pasó con Malia —dijo en voz baja—, y sin embargo tú has procurado ni nombrarla. —Stiles asintió secamente con los labios apretados.

Siguió con la mirada clavada en sus zapatos, mientras que Derek suspiraba y se acercaba a él, aferrándole el rostro y apoyándolo en su propio hombro.

—Siento estar así de sensible con el tema, me jode ser tan celoso —murmuró. Stiles le acarició la parte baja de la espalda del moreno.
—Y yo siento recordártelo, voy a parar de hacerlo.
—Ya lo sé, no hubiera venido antes de no ser porque estar allí sin ti me parecía una tontería, así que ayer nos fuimos de fiesta y yo he pegado el madrugón, pero ha valido la pena. Aunque me picaras te echaba de menos, te echo de menos todo el tiempo.

Stiles esbozó una sonrisa contra la camiseta de su novio, dejando que éste acariciara su espalda, provocándole escalofríos. Pronto se dio cuenta que ni siquiera le había dado un beso, por lo que levantó la vista y lo observó con gesto serio. Derek le correspondió con una sonrisa.

—¿Qué pasa? —preguntó el moreno.
—Que te quiero. —Ampliando aún más el gesto, Derek se acercó al otro abarcando toda su boca y besándolo con ansias, todas las que sentía desde que no lo veía. El castaño lo agarró por el cuello, apresándolo y acercándolo aún más para tocar lo máximo posible de él que pudiera.
—Sti... —murmuró lamiendo suavemente el labio inferior del castaño, que soltó un sonido nacido desde el fondo de la garganta—. Tampoco te puedo perdonar tan rápido, te lo tienes que ganar. —La sonrisa que le ofrecía estaba cargada de todo menos de buenas intenciones, por lo que Stiles sonrió también, dándose cuenta de por dónde iban los tiros.

Dándole un último beso con fuerza, se arrodilló frente a él y se entretuvo a desabrochar los vaqueros prietos que llevaba el moreno, que se entretenía acariciándole el pelo con cierta impaciencia.

—Joder, ¿ya estamos así? —espetó Stiles con una sonrisa burlona, al ver el estado en el que estaba Derek.
—Ya me hacía falta, sí —dijo el otro como respuesta, observando los movimientos que realizaba el castaño, bajándole la ropa interior y dejando libre su miembro.

Entonces, lentamente, Stiles levantó la vista a la vez que empezaba con el trabajo, provocando que Derek pusiera los ojos en blanco y se aferrara al pelo del castaño. 
Éste realizaba un trabajo minucioso, arrancándole jadeos y gruñidos que lo incitaban a hacerlo con más ahínco, pero al cabo de un rato el moreno tuvo que pararlo y le echó una mirada de advertencia.

—No quiero sólo esto, ya lo sabes —murmuró Derek quitándose la camiseta, muy acalorado. Stiles sonrió y se levantó, dejándose besar con la furia que Derek llevaba dentro y que lo iba desvistiendo, teniéndolo acorralado contra la encimera de la cocina—. Quiero... follarte... aquí —jadeó metiendo la mano en los bóxers de Stiles y masturbándolo con furia.

No pudo articular palabra, y se dejó empujar hacia la pequeña mesa que adornaba un lado de la cocina, quedándose sentado sobre ella. Derek no cesó el movimiento de arriba y abajo que le proporcionaba al miembro del castaño, sin embargo con la otra mano comenzó a prepararlo con cuidado, estaba ansioso pero no podía descuidar la integridad de su novio, aunque éste estaba ya igual de excitado o incluso más.
Cuando ya calculó que estaba listo y casi no tenía ninguna molestia, se escupió en la mano para embadurnar su pene y, colocándose en la entrada, empujó. Ambos soltaron un sonido parecido, aunque el de Derek era más bien de placer y el de Stiles de molestia por tal intrusión.
El moreno apoyó las manos en la pared que había tras Stiles, que lo miraba fijamente con una sonrisa, mordiéndose el labio.

—No me mires así —susurró con una nota de desesperación en la voz.
—¿Por qué?
—Te voy a borrar esa sonrisa de chulo, imbécil.

Comenzó un movimiento de vaivén que transformó la molestia de Stiles en placer absoluto al dar con el punto exacto que lo volvía loco. Era errático, sin buscar demasiado cariño, y con el fin de hacer gemir al castaño, que apretaba los labios y mantenía los ojos cerrados, aguantando.

—Venga capullo, estás deseando pegar uno de los gritos que sueles soltar... —Stiles negó con la cabeza—. Sí, esos que cuando los tienes me dan ganas de clavártela más al fondo de lo que me ponen... —Las palabras de Derek dieron en el punto exacto, junto con su mano castigando a su miembro y a la continua intrusión que estaba sintiendo.

Gruñó de tal forma que al cabo de un momento fue transformándose en un gemido interminable que provocó que se corriera sin poder remediarlo.

Derek sonrió satisfecho y con toda la fuerza que le quedaba, siguió con el movimiento hasta con un jadeo largo terminó también, dejándose caer en el pecho de Stiles, que lo abrazó por el cuello y le dio un beso en la mejilla.

—Necesito una ducha —murmuró Stiles apartándolo un poco de su cuerpo.
—Vamos los dos, que quiero refrescarme, qué calor hace en tu casa, joder —rio Derek separándose de él y ayudándolo a levantarse de la mesa.

El castaño iba dando trompicones, aún tenía las piernas medio dormidas de la sesión de sexo de hacía un momento, pero Derek lo arrastraba de la mano. Llegaron al baño principal, y su novio le instó a que fuera encendiendo el grifo para atemperar el agua, mientras que él iba a por ropa que pudieran ponerse luego. Algo amodorrado le hizo caso, y cuando vio que estaba a una temperatura perfecta, se metió y se sentó en el escalón donde colocaba las cosas de ducha.
Cuando entró Derek en el baño se lo encontró de esa guisa, y riendo entre dientes entró en la ducha y se agachó para darle un beso largo que lo pilló desprevenido.

—Que te duermes. —Le acarició el pelo con una mano, humedeciéndolo del todo y espabilándolo. Sti sonrió de medio lado mientras el otro seguía masajeándole la cabeza—. ¿Qué te pasa?
—Me has dejado muerto, cabrón —rio poniéndose de pie y cogiendo el bote de champú, mientras que Derek se mojaba el pelo.
—¿No me digas que te has desacostumbrado? —preguntó el moreno.
—Será eso, pero también ayuda que seas una bestia follando. —Derek movió las cejas ante lo que dijo Stiles, mientras éste se enjabonaba el pelo.

Mientras se aclaraba todo el jabón que había generado, notó las manos de Derek recorriendo su estómago y acercándolo a su cuerpo.

—Derek... —dijo con voz ronca. Habían pasado escasos minutos y lo notaba otra vez duro contra él. Y Stiles estaba tan molido que no sabía si podría aguantar otro asalto—. ¿Ya estás así otra vez?
—Todo por tu culpa —gruñó mordiéndole la oreja y luego el cuello, bajando la mano hasta el miembro del castaño.
—Vas a tener que animarla si quieres marcha, ¿eh?
—Vaaaya sí que te haces mayor rápido, que no resistes mi ritmo... —Le dio la vuelta y lo apoyó en la pared para besarlo con mucha lengua, lento y sucio.

Stiles le agarró los costados pegándolo a él, notando las manos de Derek aferrándose a su trasero y frotando su miembro contra el suyo. El moreno fue bajando sus besos por el cuello, el pecho de Stiles, su estómago y finalmente hasta su pene, lamiéndolo con extrema lentitud y provocando que el castaño siseara excitado. Le agarró el pelo con fuerza al notar la lengua ir de arriba abajo, de ver cómo Derek se la metía casi por completo en la boca.

—Oh joder, me encanta cómo la comes... —farfulló Stiles observando lo que hacía Derek con atención. Hizo un intento de sonrisa desde su posición y siguió haciéndolo con ahínco, hasta que el castaño tuvo que pararlo para no terminar con el trabajo oral que le estaba realizando.
—Bueno, ¿vas a aguantar otro asalto o no?
—A ver si tú lo aguantas, guapito —susurró dejándose hacer.

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