Speak up - 3

No era de pedir favores, pero el hecho de que hubiera en juego algo tan trascendente como una pregunta al chico que tenía más misterios del campus era algo importante. Por eso había tenido que llorarle a Erica, que se apiadó de él y lo llevó a ver a su novio, que era el manager del anfiteatro.
Boyd y Erica tenían amigos en común, pero empezaron a hablar más detenidamente cuando la chica llevó a los chicos donde hacía el voluntariado a ver una obra de teatro, que es cuando ella le relato que sólo era algo que hacía por amor al arte, que no le pagaban para estar con ellos.

Aquello fue lo que hizo que un manager como Vernon Boyd, de casi treinta años, se enamorara de ella, diez años más joven.
Y allí estaba Derek, delante del chico que siempre tenía una sonrisa para los amigos de la chica, pero que en su trabajo olvidaba cualquier relación.

—Sé que odias que te pidan favores en tu trabajo Vernie, pero esto es importante para Derek —explicó Erica intentando allanar el terreno.
—Si lo sabes es que ni tendríais que estar aquí, nena.
—Lo sé, pero Derek necesita dos entradas para la obra del sábado, y sé que tenéis algunas reservadas para los trabajadores.
—Solamente será esta vez Vernon, y pagaré por ellas, pero es que de verdad necesito dos entradas.

El susodicho frunció el ceño, pensándolo durante unos segundos hasta que suspiró, derrotado por los ojos de cachorrillo de ambos. Abrió un cajón y le dio a Derek los dos tickets, haciéndolo sonreír.

—Pensaba llevar a Erica a esa obra, pero siempre puedo conseguir más.
—Gracias Vernie, pero Derek lleva suplicando por esto tanto que prefiero cederle mi entrada.
—Ya me contarás qué tal es la obra —repuso Vernon con una sonrisa.
—Descuida tío. Te debo una, bueno a los dos. Gracias chicos.

Derek se fue de allí con las dos entradas a buen recaudo, y Vernon miró a su novia con una ceja enarcada.

—Es para ir con una chica, ¿verdad?
—La verdad es que no me lo ha dicho, y normalmente me lo cuenta o se lo cuenta a mi hermano... y yo estoy delante cuando pasa.
—Bueno, ya te lo contará —repuso encogiéndose de hombros y despidiéndose de ella para volver al trabajo.

***

Stiles se desperezó acercándose a la puerta de su habitación. Fue a meter la llave cuando se fijó en un papelito sobresaliendo del marco de la puerta. Enarcó una ceja y lo cogió, dándose cuenta de que era una entrada para el teatro: Derek la había conseguido.
El chico sonrió, leyendo la notita que estaba enganchada con un clip a la entrada.

"No es que sólo haya conseguido una, es que la otra la tengo yo, por si te arrepientes en venir conmigo. Me debes una pregunta, y te recojo el viernes a las siete."

Stiles se mordió el labio y entró en su habitación, poniendo la entrada en el corcho sobre su escritorio. La contempló unos segundos antes de encender el ordenador y comenzar su trabajo de clase.

***

Se miró por enésima vez en el espejo, girándose un poco para ver cómo le quedaba la chaqueta que quería llevar a la obra de teatro. Torció el gesto y se la quitó, tirándola sobre la cama y rascándose la cabeza, sin saber qué ponerse.
Vio que Derek le hablaba por el móvil, y le contestó rápidamente, ya que tenía como cinco minutos para decidirse y bajar al encuentro del otro.

Mentiría si dijera que no tenía miedo de la pregunta que Derek le iba a hacer. Si le pedía que hablara, o que le contara por qué había dejado de hablar... No podía romper su promesa, pero tampoco podía explicarle nada de eso. Era demasiado complicado.
Terminó de prepararse y se fue rápidamente escaleras abajo, donde Derek esperaba charlando con algunos compañeros. Les hizo un gesto y caminó hacia el recién llegado.

—¿Nos vamos?

Stiles asintió con una sonrisa y fueron a la parada de autobús. Derek tenía coche, pero le apetecía tomarse una cerveza sin tener que preocuparse por conducir después. Le había preguntado a Stiles si le importaba, y como al chico le dijo que era decisión suya, y que sólo quería que se lo pasara bien.
El viaje fue tranquilo, en silencio. Stiles miraba al otro chico, que miraba por la ventana, demasiado nervioso para sostenerle la mirada, ya que las dos veces que se habían mirado la sonrisa de Stiles lo había congelado.

Llegaron al teatro, donde Derek le hizo un gesto a Boyd, que sonrió al verlos picar la entrada. No se esperaba que fuera con un chico al teatro, y que la entrada de su novia y él mismo fueran para dos buenos amigos.
Se sentaron en sus asientos numerados, compartiendo un silencio cómodo mientras esperaban que empezara la obra.

Disfrutaron del primer acto como nunca, por eso mismo Stiles adoraba tanto la obra, y en el descanso, Derek fue por una cerveza y Stiles quiso algo de comer.

"Si quieres puedes preguntarme lo que sea ya"
—Si es rápido será indoloro, ¿eh? —Stiles asintió con media sonrisa, aguardando las palabras de Derek mientras comía de su plato—. Bueno... ¿qué más obras de teatro te gustan?

Stiles lo miró con sorpresa, sin esperarse que no fuera dirigida a su mudez, ni nada por el estilo. Derek sonrió enigmático, para luego echarse a reír de la expresión de Stiles.

—¿Creías que la pregunta sería sobre algo de tu pérdida de voz? —El otro asintió algo más aliviado—. También tenía dudas si preguntarte que si salías conmigo, pero la segunda cita en el teatro me la tengo que ganar —repuso terminándose la cerveza y entrando de nuevo en la sala de butacas.


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